El amor no es buena idea: Messi lo sabe y no le importa

Messi

El posible regreso Messi a Barcelona no parece tener un 100% de adhesión, pero la historia del '10' está hecha a base de insistir sobre imposibles.

Alguna vez Andrés Calamaro dijo que “no se puede vivir del amor”. Y tenía razón, porque no paga deudas ni compra casas. Eso también lo aclaro él.

Hoy en día Barcelona vive una época rara y se siente en la calle. Es el boca de urna que no falla jamás: oír conversaciones ajenas al pasar y mientras el transporte público te ampara. El mejor, más que en Camp Nou o en el Palau, cuando es baloncesto lo que se jugaba pero también aparecen camisetas con su nombre, fueron dos chicos de no más de 25 años que charlaban en el subte de la L1 a la altura de Plaza Catalunya, días antes de la consagración del Barça en LaLiga.

“¿Qué pasa si te dan a elegir entre la vuelta de Messi y la salida de Xavi?”

-¿No se pueden ambas?

"No. Solo una"

-Que se quede Xavi, tío…

Y así como para el 10 (hoy el 30) que todavía se calza la camiseta del PSG alguna vez fue el corazón el que mandó sobre la razón cuando Mateo le preguntaba “¿Por qué te matan tanto en Argentina?”, y lo terminó llevando a buen puerto años más tarde, hoy en día, la vida le plantea un dilema similar.

Volver al Barça para un 'Last Dance' y soñar una vez más con la UEFA Champions League o quedarse con lo ganado en Barcelona y atender alguna de las propuestas que le caerán cuando expire su contrato con el equipo parisino.

Borrar su salida entre lágrimas para despedirse en el Camp Nou o, simplemente, saber que tarde o temprano volverá a la ciudad pero a vivir su vida post retiro del fútbol.

Los culés celebraron LaLiga después de cuatro años de no hacerlo y de dos de no estar a la altura en fase de grupos de Champions, además de caer en Europa League.

La gente sueña: “Xavi quédate, Xavi quédate” se oía a coro, como también el “Meeessi, Meeessi”, porque para el grueso de la gente no es uno u otro; sino los dos juntos.

Aficionados del Barcelona
Aficionados del Barcelona

Para la 'gent blaugrana' parece haber un 100% de convencimiento si nos guiamos por cómo el estadio corea su nombre en el minuto 10 de cada partido (sin pitos, como le pasa en París), pero que en la calle no suena igual.

Tal vez la aceptación del regreso de Messi al Barcelona ronde el 60 o 75%, créase o no. Las cuentas aprietan al club y hay quien elige pensar en términos económicos.

Cuando yo llegué a Barcelona, en julio de 2021, pensé que aterrizaba en 'Messilandia'.

Desde afuera parecía el lugar en el que era sagrado, cuando en Argentina todavía existían detractores del rosarino tanto en el periodismo como en la gente.

Pero no. Mi primera sorpresa fue ir a las afueras del club en la noche en la que se confirmó su salida y encontrarme con no más de 15 personas.

La segunda fue el día de su comparecencia, con no más de 200 o 300 aficionados culés.

Esa mañana se escucharon cosas terribles: “Se va por plata a jugar con Neymar”; “no quiere al club y por eso no juega gratis”, “mejor que salga ahora porque sin él vamos a armar un equipo más competitivo”, entre otras.

Xavi Hernández y Leo Messi
Xavi Hernández y Leo Messi

Finalmente el equipo no fue competitivo en Europa y el reencuentro con Neymar no salió como se esperaba.

Tampoco era posible jugar gratis y su salida no le sirvió casi a nadie. La Pulga, eso sí, se ahorró antes de Qatar el ambiente vertiginoso del mundo Barça, ese que endiosó y bajó a todos los que llegaron después de él, ese que acecha a los protagonistas y prevé catástrofes y resurrecciones casi a diario y al mismo tiempo. Todo eso quedó atrás y su paz mental una frontera por delante. 

Una vez conseguido el único logro que le faltaba, y al que llegó mucho mejor a pesar de los golpes de su equipo en Champions, el regreso fue complicado porque -distinto a lo que le pasó a él- su actual club volvió a quedarse sin el trofeo que lo obsesiona. 

Leo Messi y Kylian Mbappé
Leo Messi y Kylian Mbappé

Messi parece ser el salvador o la ilusión para un club azulgrana que hace malabares desde lo económico. Puede ser el diferencial pensando en Europa, pero no queda tan claro que esto sea mutuo y él también necesite ser salvado: irse sí, pero eso es otra cosa.

Otra vez el pronóstico no es favorable si pensamos en lo que pone en juego. Otra vez la vida le dice “no te metas ahí”. En esta ocasión la gente no se junta a pedir su regreso ni a disculparse para que vuelva. Esta vez, y es algo que está cada vez más cerca de ocurrir, volverá, pero sin el clamor popular que se podría imaginar.

Va a regresar porque no quiere perder ni contra él mismo. Ni el mismísimo Messi le va a decir a Leo que no puede. Por amor al “fulbo” y por amor (lo crean los catalanes y las catalanas por unanimidad o no) al club de su vida, como él lo definió. No parece ser buena idea, pero la Pulga no persigue eso; persigue sueños y ama no quedarse sin cumplirlos.
..Gustavo Gallardo / @Gallargus

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