El Barça se llevó el segundo partido de la final de la Liga Endesa, en un encuentro que estuvo repleto de emociones.

La victoria para los de Saras terminó siendo más trabajada de lo que se esperaba, con un primer cuarto muy friccionado, con el Real Madrid confundiendo por momentos la intensidad que necesitaba con faltas evitables, producto de su apremio.

De la mano de Lapro (19 puntos, 2 rebotes y 6 asistencias) y Mirotic (14-7-1) se empezó a establecer una diferencia. Jokubaitis fue creciendo cuando el argentino no estuvo y fue parte vital también para complementarse cuando volvió a estar en la pista.

La segunda mitad se cerró con un triple espectacular de Vesely, otro de los puntos altos del Barça. Fue indudablemente en el tercer cuarto cuando más cerca estuvo el equipo de Chus Mateo, pero por mínima que fuera, la diferencia seguía existiendo y el objetivo de pasar al frente se le escapaba. Fue un 23-24 (68-65 ya a esa altura) para los dueños de casa.

Un Tavares intratable fue el encargado de mantener la ilusión merengue en todo momento. A falta de 5 minutos para el final fue Llull el que consideró oportuno repartir mandarinas y con un triple que llevaba su firma característica puso al Madrid al frente con un 73-72 que calentó el ambiente.

A falta de 3 minutos para el final, el resto físico del Madrid y los nervios del Barça se conjugaron para que el campeón europeo comenzara a extender su ventaja. Con menos de dos minutos por jugarse y aportes fundamentales de Rodríguez (16-1-3), Llull (14-1-2) y Yabusele (11 puntos y 3 rebotes).

La última parte terminó por ser la erupción del Palau en sus reclamos hacia el arbitraje. Algo que fue aumentando con el correr del encuentro y que calentó aún más el clima por faltas dudosas para la 'gent Blaugrana' o que directamente consideraron mal llevadas por la terna que conformaron Antonio Conde, Emilio Pérez Pizarro y Fernando Calatrava.

El encuentro cambió de dueño en los últimos minutos más de una vez y el 86-85 del final fue de lo más épico que se pudo ver en el último tiempo. Mirotic jugó y se desenvolvió como si no hubiera un mañana. Tal vez no lo haya, al menos en el Palau y ante la gente que lo arropó en todo momento, casi como despidiéndose.
..Gustavo Gallardo / @Gallargus

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