Conocemos la exigencia del Barça. No solo se trata de ganar sino de jugar bien con un estilo que representa Xavi. Se habla del ADN Barça, de la posesión, de los valores, de La Masía. No es novedad, es el peso de un equipo histórico.

Es por esto que cuando las cosas no van del todo bien, el revuelo es mayor, realidad que explica el por qué en los últimos encuentros se pasó de un mal partido a una tendencia negativa.

La derrota en el Clásico, las malas sensaciones ante la Real Sociedad y la derrota ante el Shakhtar Donetsk en Champions League, hacían que el partido en casa entre el Alavés fuera una oportunidad idónea para dar un golpe sobre la mesa y hacer disfrutar a la afición, ante un rival que no es de las más sólidos de la competición.

Sin embargo, la expectativa distó mucho de la realidad. La primera parte no tuvo explicación alguna. No había conexión entre los jugadores, hubo ausencia de fútbol y nada le salió a culés frente a la mirada de más de 53 mil espectadores que enmudecieron en el estadi Olimpic al recibir un gol en el segundo 18.

En la segunda mitad Lewandowski se vistió de 'superhéroe' y consiguió romper su racha de seis partidos sin marcar, con dos goles, para darle la victoria al Barça. Un triunfo que no se sentía como tal porque preocupaba la calidad y rendimiento del equipo.

De un partido para el olvido quedaron una declaraciones que resonarán, ya que Xavi en rueda de prensa dijo que considera que la prensa ha impactado negativamente y generado nerviosismo en sus jugadores, lo que afecta en su rendimiento.

En uno de los peores partidos del equipo, se puso el foco en un factor externo.

Vayamos por partes:

Que la prensa puede afectar a un jugador o algunos jugadores es una realidad, ya que los futbolistas son seres humanos que pueden sentir la presión.

Aun asi, adjudicar ese nerviosismo al mal momento de equipo, es descabellado.

El conjunto azulgrana está conformado por jugadores con suficiente experiencia que entienden que esto es parte de este oficio y llevarlo a un nivel global creo que solo perjudica la solidez del equipo.

Si esto es así, como director técnico tendría que tomar decisiones y buscar refuerzo para estos jugadores.

Más allá del nerviosismo, se ven errores asociativos y con poco entendimiento. En este sentido, como entrenador azulgrana, a Xavi le corresponde asumir que tiene un grado de responsabilidad.

¿Dónde está la autocrítica una noche en la que era más que necesaria? Se puede entender que no quiera dejar mal a sus jugadores, pero lo correcto era asumir que este no es el fútbol que quiere que su equipo juegue y asumir su responsabilidad.

No se vale una vez más focalizar el problema afuera: arbitraje, césped, entorno, prensa.

Para que de verdad el equipo pueda ser lo que Xavi Hernández quiere que sea, se necesita asumir los errores y a partir de ahí trabajar en la mejora.

Y no, no se trata de decir "Xavi out", ni de "bajarse del barco". Xavi encontró a un equipo casi deshecho y logró reconstruirlo.

En un momento duro, logró sacar la liga, pero la leyenda azulgrana es perfectamente capaz de darle la vuelta a la situación siempre y cuando sea capaz de asumir que el problema está adentro.
..Mariana Guzmán / @MarianitaGuzman

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