Una joya de pitcheo fue lo que brindó Marcus Strodman y los Estados Unidos ganó su primer Clásico Mundial de Béisbol al imponerse 8-0 a una novena de Puerto Rico que parecía imparable hasta antes del partido.

Stroman, mitad boricua y mitad estadounidense, decidió lanzar para la selcción estadounidense y lo hizo de la mejor manera, amarrando a los insulares hasta el sexto episodio cuando permitió su único hit en contra.

El derecho ganó el compromiso y se alzó como el jugador más valioso del partido.

La ofensiva de Estados Unidos funcionó en el Dodger Stadium, en lo que es el primer oro para el conjunto local que por primera vez en cuatro ediciones, tan siquiera, llega a la final, siendo locales en la final de todas los torneos previos.

Un cuadrangular de dos carreras de Ian Kinsler en el tercer episodio, inició la fiesta de batazos norteamericana que totalizó 13 imparables ante un blando pitcheo boricua. Christian Yelich y Andrew McCurchen aportaron una fletada más cada uno en el quinto.

Los de casa fabricaron tres rayitas más en el séptimo tramo y McCutchen cerró la cuenta con un sencillo en el octavo que marcó la última carrera del compromiso.

La supremacía y el poder que demostró Puerto Rico desde el inicio del torneo orbital y ante rivales de cualquier tamaño, quedaron reducidas al mínimo en el partido decisivo, conectando apenas tres hits. Los boricuas llegaron invictos al compromiso y no pudieron descifrar el pitcheo rival.

Seth Lugo cargó con la derrota boricua al permitir cuatro carreras en la misma cantidad de innings lanzados.
..Miguelangel Quero / Twitter: @Miguelangelq