Shía Rodríguez, la sablista que no tiene límites

“Un cuerpo pequeño de espíritu determinado, encendido por una inquebrantable fe en su misión, puede alterar el curso de la historia”, eso dijo Mahatma Gandhi, uno de los políticos y pensadores más influyentes de la historia, a quien Shia tiene de primero en su lista de ídolos.

Merideña de 23 años, criada en una familia que llevó el estudio y el deporte de la mano. Hasta los 8 años se vinculó con el karate, la natación y la gimnasia —en ese orden—. Las destrezas aprendidas en este último la convirtieron en el centro de atracción en los entrenamientos de esgrima de su hermana, los cuales terminaban un poco más tarde que los suyos y, por ende, debía esperar a que finalizaran para ir a casa. La atención que recibía, más que el interés por la disciplina en aquel entonces, la llevó a tomar la decisión de empezar a practicar este deporte de combate.

Realizó sus estudios de bachillerato en la Unidad Educativa Talento Deportivo de Mérida, institución que vela por el desarrollo académico y deportivo de sus estudiantes, con las flexibilizaciones de estudio que esto implica.

Su crecimiento fue orgánico y a los 15 años inició su carrera internacional con la participación en el Sudamericano de Chile 2009, competición que la hizo asegurarse de que estaba hecha para el esgrima, luego de ganar dos preseas doradas en sable individual y una de plata en equipo.

Más adelante aplicó, bajo la modalidad de deportista, a la Universidad de Los Andes, donde obtuvo un cupo para estudiar Odontología, y así completar el cuadro de profesionales de su familia: su padre, médico psiquiatra; su madre, Licenciada en Educación; su hermano, Geógrafo y profesor de la ULA; y por último su hermana, estudiante de Idiomas Modernos.

Sin embargo, pronto comenzaron a chocar sus responsabilidades académicas con las de esgrimista, momento que confiesa fue uno de los más complicados de su carrera.

“Yo no tenía cara para decirle a mi papá que iba a dejar la universidad por hacer esgrima. Ese fue el momento más duro de mi vida, cuando la Selección Nacional me dijo que si no viajaba a la próxima competencia que tenía prevista, me sacaban del equipo. Yo sabía que si iba al viaje perdería la materia más importante de la carrera, que es Anatomía Dentaria. Mi papá notó mi preocupación; me notó rara, no dormía, no comía, y fue él fue quien me dijo que hiciera esgrima, que ya habría tiempo para estudiar”.

UNA PERSONALIDAD DE SABLE

El sable, comparado con las otras dos modalidades de la esgrima, es la más diferente. A diferencia de florete y espada, los tocados se pueden hacer no sólo con la punta, sino también con el filo. La zona de tocado es toda la parte superior del cuerpo del rival, es decir, de cintura para arriba, incluyendo la cabeza, por lo tanto los combates de sable suelen ser rápidos, cualidad con la que mejor define Shia su personalidad.

“Soy muy dinámica, nunca me quedo quieta. Siempre me ha gustado jugar lo que me pongan: tenis, fútbol, natación, karate; yo hago de todo. Por eso me identifico con el sable, me define completamente”.

También revela que aunque no deja de lado ningún aspecto en el combate, le gusta el ataque: “Soy más ofensiva, me gusta atacar, aunque no dejo de lado la defensa. Un buen esgrimista debe saber manejarlo todo”.

De todos los estilos se decanta por el italiano. “No es porque sea el mejor, es más cuestión de gustos, como Nadal y Federer en el tenis”. Apartando esto, confiesa sentirse identificada con Yana Egorian, esgrimista rusa en la modalidad sable —ganadora de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016—, por ser una de las mejores en la actualidad, y por “lo coqueta y femenina que es”.

El sueño de la criolla es radicarse en Italia, lugar con el que además siente afinidad por su entrenador en ese país, Tommy Dentico, quien al verla en una Copa Juvenil, en Budapest (Hungría), la invitó a prepararse en el Centro Nacional de Esgrima de Italia, donde entrenó algunos meses.

RESULTADOS DEL CORAZÓN

Rodríguez viene de ganar dos medallas de bronce, una en sable individual y otra por equipo femenino, en el Campeonato Panamericano de Esgrima, que se disputó en Canadá en junio de este año. Sin embargo, la esgrimista aseguró que el logro obtenido fue un resultado “totalmente del corazón”, donde las ganas de hacerse notar pudieron más, comentó, después de explicar que era la única venezolana de todo el equipo que no se prepara en el exterior y que no cuenta con la preparación que un atleta de alto rendimiento debe tener.

En Canadá Shia Rodríguez cayó en semifinales por 15-4, ante la mexicana Julieta Toledo, instancia a la que llegó tras vencer en cuartos de final a la múltiple medallista internacional Alejandra Benítez, dos veces ganadora de bronce panamericano (2008 y 2013).

Por otro lado, este miércoles finalizó el Campeonato Mundial de Esgrima de 2017, celebrado en Leipzig (Alemania) del 19 al 26 de julio. Shia finalizó de primera en su pool, con 4 victorias y 1 derrota, lo que le permitió avanzar directo a la ronda de 64, instancia en la que lamentablemente cayó con marcador de 15-8 ante la francesa Sara Balzer.

“Esta vez no logre avanzar, ni siquiera me acerqué hasta donde anhelaba. Me siento un poco triste pero me da aliento saber que no bajé los brazos hasta el final del encuentro. Mi actitud en todo momento fue positiva y eso me hace estar orgullosa. Felicito a mis compañeros de equipo @benitezven y @rubenlimardo por tan buena competencia ambos lograron estar entre los 16 primeros del mundo!! Prometo seguir entrenando fuerte para futuras competencias! ARRIBA VENE”, publicó Shia en su cuenta personal de Instagram.

Foto Raymond Chacón
Foto Raymond Chacón

 TOKIO 2020 ENTRE LOS OBJETIVOS

Sobre el momento que vive actualmente y el apoyo que recibe Rodríguez confesó: “Estoy en el momento más difícil de mi carrera deportiva porque no tengo el apoyo que necesito. Quisiera estar entrenándome fuera del país en este momento. Si sigo así quizás no llegue a Tokio y pensar en eso me quiebra un poco”.

Su temporada 2016-2017, comenzó con una Copa del Mundo Clase A en Orleans, Francia, a la que no pudo asistir por no contar con los recursos necesarios. Lo hecho en Canadá se convierte entonces en una gesta inolvidable, tomando en cuenta, —además del triunfo ante Benítez— que por problemas de pasajes y pasaporte llegó a las 3:00 am del día de la competencia al hotel en el que se alojaría, donde solo pudo dormir algunas horas antes de despertar a las 6:00 am para correr, como es habitual, antes de cada combate.

“Llegué a las tres y a las seis me desperté a correr. Considero que si no hubiera hecho eso no me iba tan bien. Cuando uno tiene ganas creo que no hay obstáculo que uno no pueda saltar”, enfatizó Shia.

Sobre su participación en Alemania, antes de partir Shia contó: “El Ministerio me está dando solo el boleto y gracias al Comité Olímpico estoy logrando ir al Mundial. No es un apoyo del 100%, pero lo importante es que voy y estoy feliz. Tengo que armar una logística diferente: no me podré quedar en el hotel de la competencia porque es carísimo, tengo que buscar uno más económico y no voy a contar tampoco con el transporte disponible para todos los atletas desde el hotel. No voy a pasar hambre, pero tampoco voy con todas las comodidades que el resto de los atletas”.

ES DIFÍCIL PARAR A ALGUIEN QUE NO SE DA POR VENCIDO

La fe en sí misma y el trabajo son las bases que sostienen la carrera de la sablista venezolana. La convicción con la que habla de sus proyectos es igual de grande que la humildad que desborda para alcanzarlos.

“Hago buena esgrima. No es por ser presumida, pero me conozco, y aunque sé que es difícil, no tengo límites”, aseguró Shia.
..Daniela Morales / Twitter: @DanielaMorales4
..Fotos: Raymond Chacón