Los históricos de Uruguay se encargaron de brindarle a Diego Alonso un debut triunfal como técnico cuando Uruguay doblegó el jueves de visitante 1-0 a Paraguay para prenderse en la carrera por la clasificación a la Copa Mundial.

Luis Suárez, el máximo goleador del seleccionado uruguayo, no perdonó con un tiro cruzado de zurda a los 50 minutos tras un pase del veterano zaguero Diego Godín.

Fue el sexto tanto del “Pistolero” en estas eliminatorias y bastó para que Uruguay rompiese una racha de cinco partidos sin ganar.

Esa espiral negativa precipitó en noviembre pasado el despido del septuagenario entrenador Óscar Tabárez. El “Maestro” comandó a la Celeste durante 15 años, un ciclo en el que alcanzaron las semifinales del Mundial de 2010 y se coronaron campeones de la Copa América de 2011.

Alonso, de 46 años, tomó las riendas a comienzos de enero y le dio un nuevo aire a un equipo que tenía su estima por los suelos por la mala racha de resultados.

Uruguay llegó a 19 puntos para quedar transitoriamente en el cuarto puesto de la tabla. Recibirán a Venezuela el próximo martes.

- Ecuador se dejó dos puntos ante Brasil -

Un punto, de los pocos que Brasil se ha dejado arrancar, aseguró que Ecuador se mantenga en zona de clasificación directa al Mundial en la presente fecha. Pese a ello, los jugadores de la Tri quedaron descontentos el jueves.

Por un momento pensaron que un penal agónico podía darles la victoria. Y que la segunda expulsión del arquero Alisson sería la definitiva.

Nada de eso ocurrió.

De cualquier modo, un frentazo de Félix Torres en el segundo tiempo dio a Ecuador el empate 1-1 ante el ya clasificado Brasil para fortalecer sus expectativas de disputar el Mundial.

Ecuador bien pudo haberle quitado el invicto a la selección brasileña. Pero un penal marcado por el silbante colombiano Wilmar Roldán en los descuentos a favor de los locales fue invalidado por el videoarbitraje (VAR), lo mismo que la expulsión del arquero Alisson, ante las protestas del público en el Estadio Rodrigo Paz Delgado de Quito.

“Estamos obviamente conmocionados por el desarrollo del partido, por lo extraño, por todas las cosas que sucedieron”, manifestó el técnico de la selección ecuatoriana Gustavo Alfaro. “Lamentablemente este fue un partido demasiado extraño”.

El invicto Brasil llegó a 36 puntos, producto de 11 triunfos y apenas tres empates en 14 fechas, para seguir en la cumbre de la eliminatoria, nueve unidades por encima de Argentina.

- Argentina ganó a Chile y le complicó la clasificación a los andinos -

Sin Lionel Messi ni Lionel Scaloni, entre varias ausencias, y jugando a más de 2200 metros de altura sobre el nivel de mar, la Albiceleste logró un triunfo que comprometió seriamente las chances de clasificación de La Roja, que quedó séptima a falta de tres jornadas para el final.

Los locales, entendiendo que la victoria era el único resultado favorable, asumieron la iniciativa desde el silbatazo inicial y salieron a buscar el partido. Se adueñaron de la posesión de la pelota e intentaron volcar el juego por la banda izquierda, donde Alexis Sánchez, el más desequilbrante de su equipo, entró en acción y fue un problema constante para la defensa rival.

Por su parte, los dirigidos por Walter Samuel, más allá de los arrebatos de Sánchez o en menor medida de Eduardo Vargas, no se sintieron incómodos cediendo el protagonismo y se dispusieron a replegarse para salir rápido de contragolpe luego de recuperar el balón.

Justamente los dos goles de los visitantes llegaron a partir de intercepciones y réplicas inmediatas, encontrando mal parados a los de Martín Lasarte. Primero, Ángel Di María frotó la lámpara y en su característico movimiento de derecha al centro inventó un golazo con el borde interno de su botín zurdo.

Más tarde, Claudio Bravo, quien después sería reemplazado por una molestia en uno de sus aductores, dio rebote ante un remate de media distancia de Rodrigo de Paul y Lautaro Martínez, en posición de centrodelantero, lo capitalizó para decretar el resultado final.

Entre las alegrías argentinas, Ben Brereton, asistido por Marcelino Núñez, le había ganado la espalda a Nahuel Molina para cabecear y empatar provisoriamente el encuentro. Emiliano Martínez tuvo algo de responsabilidad, aunque luego compensó con atajadas determinantes para sostener la ventaja.

En definitiva, al margen de ciertas situaciones aisladas, a Chile le faltó volumen de juego y lucidez en el último tercio para atacar con profundidad. Argentina, por su parte, sintió el efecto de la altura en el complemento y no se defendió con la pelota como seguramente le hubiera gustado al cuerpo técnico, pero supo jugar con la desesperación de su adversario para quedarse con los tres puntos.

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