¿Puede ser en Barcelona? El famoso Napoleón busca nuevas conquistas

Marcelo Gallardo

El DT saliente del Millonario, Marcelo Gallardo se tomará unas largas vacaciones hasta decidir dónde continuará su carrera. Le saldrán varias novias, pero no todos los romances serán posibles.

El argentino buscará algo que no encontrará en todos lados: un microclima similar al que él fabricó y que en Europa no está disponible en cada club.
Lo vivido en el Monumental en la noche del 16 de octubre abre tantos caminos que la gente no logra dimensionar.

Contradictoriamente, para empezar, se terminó un ciclo de los más largos de la historia del futbol argentino y de la historia de River en particular.

Al pitarse el final del partido comenzó la leyenda. Gallardo cerró una grieta y con los 14 títulos que deja, se fue con el respeto de todos y abrió un portal enorme que todavía no sabemos a dónde lo llevará.

Se fue saludado y elogiado por Tevez, su antiguo rival (le dijo al oído "sos el mejor"); el resultado y la despedida oficial de un torneo de los menos recordables pasó a segundo plano y ahí empezó a funcionar todo lo que Napoleón preparó en este tiempo: la idea y la enseñanza por sobre los resultados, que en el balance general no le faltaron.

Su ciclo, comparable (salvando las distancias y diferencias de presupuesto entre ligas) con una partida de Klopp, Simeone o Guardiola de sus equipos, resonó en Barcelona desde el día del anuncio.

La docencia que ejerció el Muñeco en el Millonario y toda América lo ponen en boca de los blaugranas ante una posible salida de Xavi, sí, pero no es tan fácil.

Quien los conozca o haya tenido el privilegio de vivirlos de cerca (a Gallardo y a Barcelona), sabe que es poco más que improbable que el clima futbolístico constantemente vertiginoso y lapidario de la ciudad Condal le de al ya ex DT de la Banda Roja una libertad aunque sea similar a la que tuvo en su etapa más exitosa, y que dio sus frutos.

El secreto del entrenador que se mantuvo mientras 42 técnicos pasaron por los otros cuatro grandes argentinos desde que él asumió, del que fue elegido mejor entrenador de América incluso cuando no ganó la Copa, es algo en realidad conocido: su discurso de enseñanza y de ilusión aún en la derrota.

Ese que choca de frente con las exorbitantes sumas que gastó el club Culé y que necesita, a contrarreloj, justificar. Aunque se hable de reconstrucción, los tiempos serán otros en el Spotify Camp Nou.

Su idea de fútbol puede encajar en varios grandes europeos, pero Gallardo no llega solamente con eso. Todo lo que trae consigo no lo resigna y estará dispuesto a construir a largo plazo.

El club que se decida a abrirle las puertas deberá saber lo que es ponerse a mirar lo que viene cuando todavía no se pitó el final del partido que te está dejando sin el gran objetivo. Así piensa Gallardo, así se lo puede recibir. Sino es en Francia, lo ideal sería, quizás, en el Atlético Madrid: un club que, al igual que River, se acostumbró a no plantearse la vida cotidiana sin su DT, pero que sabe que en algún momento lo deberá hacer.

El microclima que fabricó Simeone, en su cargo incluso antes que su compatriota, es el entorno más parecido que encontrará el estratega que no es ídolo ni conocido en el Metropolitano, pero que fue muy feliz en Madrid, y al menos en esa parte de la ciudad (aunque un rumor diga que su sueño es dirigir al Real), tienen tanta y el mismo tipo de sed de gloria que él: la de construir y dar vuelta tantas historias como haga falta.
..Gustavo Gallardo / @Gallargus
Fotos: Agencias

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