La Real se pone en Europa y el Villarreal se agranda

Sevilla - Real Madrid

La Real Sociedad ganó por 1-2 a un combativo Sevilla, su quinto triunfo a domicilio, y vuelve a zona europea antes del parón por el Mundial tras un partido condicionado por las expulsiones con roja directa, en solo 6 minutos, del croata Ivan Rakitic (m.28) y del francés Tanguy Nianzou (m.34), lo que hizo que los sevillistas jugaran una hora con nueve.

La Real se adelantó en el minuto 20, aún once contra once, con un gol del noruego Alexander Sorloth, tras lo que llegaron las dos rojas a los locales por un pisotón y una plancha sobre Brais Méndez, quien hizo el 0-2 a 9 del descanso. Rafa Mir apretó el marcador en el 44, ante lo que los donostiarras cometieron la imprudencia en la segunda mitad de no sentenciar y dar vida a un Sevilla que buscó, como pudo y sin éxito, el empate.

Era un duelo trascendental para los actuales objetivos de unos y otros, con el Sevilla peleando por alejarse de la zona de descenso, algo nada habitual para el equipo nervionense -el segundo peor local en lo que va de Liga (3 puntos de 18)-, y los realistas, uno de los mejores visitantes (12 puntos), por volver a puestos de 'Champions'.

En el Sevilla, que lleva tres jornadas de Liga sin ganar y salió del descenso tras el 1-1 en el campo del Betis, aunque está igualado a 11 puntos con Celta y Cádiz, la gran novedad fue la vuelta al once de Nianzou después de que se lesionase el 18 de octubre, con lo que el serbio Nemanja Gudelj jugó de salida como mediocentro.

Las otras novedades fueron los laterales Jesús Navas y el brasileño Alex Telles por las bajas de los argentinos Montiel, sancionado, y Acuña, lesionado, además del regreso de Isco Alarcón tras su partido de suspensión, mientras que el técnico de la Real, Imanol Alguacil, introdujo tres cambios con la entrada del lateral derecho Álex Sola por el sancionado Elustondo, de Pacheco por Zubeldia y de David Silva por Illarramendi.

Ambos conjuntos salieron con intensidad y con la idea de presionar arriba, pero el cuadro vasco, necesitado de disipar dudas tras tres partidos sin ganar en Liga, exhibió más claridad en sus llegadas, pese a sufrir a los 10 minutos el contratiempo de la lesión del exsevillista Carlos Fernández, sustituido por el japonés Take Kubo.

Los donostiarras, que ya avisaron antes del ecuador de la primera mitad con sendos tiros de Mikel Merino y Kubo que paró el marroquí Yassine Bono -el último anulado por fuera de juego-, dominó el medio campo y, con un fútbol de toque y desmarques, esperó el mejor momento para encontrar espacios libres en ataque.

Así, tras un buen pase en profundidad de Merino, el noruego Alexander Sorloth adelantó a la Real a los 20 minutos con un gran gol, al elevar con un sutil remate el balón por encima de Bono, aunque 5 minutos después el Sevilla estuvo cerca de empatar en una internada de Isco, pero su disparo lo despejó con un paradón Remiro.

A partir de ahí, todo se desequilibró con las expulsiones. Primero vio la roja Rakitic, en el 28, por un pisotón a Brais Méndez, después de un aviso del VAR y de la anulación de la amarilla inicialmente mostrada. Sólo seis minutos más tarde, en el 34, Nianzou también fue expulsado por una plancha sobre el extremo gallego, de nuevo tras ver el árbitro la acción en la pantalla a pie de campo.

Este mazazo lo pagó caro el Sevilla. Dos minutos después de quedarse con nueve, encajó el 0-2 en un rápido ataque realista que culminó Brais Méndez, muy activo, al marcar con un tiro cruzado desde la derecha.

Aún así, los andaluces no se rindieron y, en un arreón de orgullo, acortaron distancias con un gran gol de cabeza de Rafa Mir a centro de Telles un minuto antes de los 8 de tiempo añadido que hubo antes del descanso.

En la reanudación, con el juego y todas las expectativas de los sevillistas totalmente condicionados por su franca inferioridad numérica. Sampaoli intentó reordenar a su equipo con la entrada del central Kike Salas y Jordán para presentar un dibujo de 5-3; e Imanol sacó a Zubeldia y Guevara, por Zubimendi -que se lesionó- y Merino, para tratar de abrir el campo y desgastar al rival.

Al Sevilla, como dictaba la lógica de jugar con nueve, le costaba un mundo generar peligro, si bien, muy ordenado y multiplicándose como podía, no se lo puso fácil a una Real a la que le faltaron ideas, paciencia, más verticalidad y acierto.

Los donostiarras protagonizaron varios intentos para sentenciar el choque por medio de Kubo, de Brais con un córner directo que dio en el exterior de un poste del marco local, de Silva en una acción en la que Sorloth no atinó a remachar o, ya en el tramo final, del canterano Pablo Marín en un uno contra uno que salvó Bono.

Sin embargo, los realistas fueron incapaces de solventar el duelo frente a un equipo sevillista que lo fió todo a defenderse con uñas y dientes y a intentar atrapar una acción aislada, a balón parado, para buscar un empate que resultó imposible a pesar de que un cabezazo del marroquí En-Nesyri, a 12 del final, salió rozando el palo.

0-1. El Villarreal de Setién se crece y hunde al Espanyol

El Espanyol cayó contra el Villarreal en el RCDE Stadium después de un gol en propia puerta de Lecomte en el minuto 64, un resultado que da aire a los de Quique Setién, pero que deja un claro sabor amargo al anfitrión, cerca del descenso.

Antes del tanto, los blanquiazules mostraron control del duelo, con varias ocasiones claras que no concretaron. Después del gol, los pupilos de Diego Martínez buscaron el empate con insistencia, pero se encontraron con un gran Rulli bajo palos.

Era el último duelo antes del parón y ambos conjuntos dejaron claro que buscaban los tres puntos. El primero en mandar un aviso fue el Espanyol, con un disparo de Puado a los cinco minutos del duelo que no desestabilizó a Rulli. Tampoco tuvo fortuna Yeremy Pino a los quince minutos en uno contra uno ante Lecomte.

Darder, a la media hora, puso también algo de picante a un partido que fue perdiendo revoluciones a medida que avanzaba la primera mitad, que acabó en empate a cero. El anfitrión mandó ligeramente antes del descanso, pero sin la contundencia necesaria para ver puerta.

La segunda parte también empezó a un buen nivel, con un latigazo de Capoue en los compases iniciales. El intercambio de golpes era pronunciado. Keidi Bare, en el 60, remató un pase desde la derecha, sin éxito. Pese a todo, el premio se lo llevaría el Villarreal en la siguiente jugada.

En el minuto 64, Lecomte volvió a despertar los fantasmas en el Espanyol -con numerosos errores individuales en este inicio de curso- con un gol en propia puerta después de un disparo al palo de Yeremy Pino. El portero francés se resarció sacando una mano que frustró un disparo envenenado, también de Yeremy.

Los blanquiazules estaban groguis tras el 0-1. Todo el trabajo previo quedó en nada. El Villarreal movió el banquillo y mostró un planteamiento más conservador. Todo lo contrario a los de los de Diego Martínez, que se recuperaron poco a poco del varapalo y apretaron el área de Rulli.

Los catalanes, en los últimos minutos, mostraron una versión mucho más incisiva, examinando al meta amarillo con insistencia. Keidi Bare, Darder y Óscar Gil lo probaron, pero los reflejos del guardameta defendieron los tres puntos.
..EFE
Foto: Agencias

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