Una tarde en el diván

Real Madrid

Hubo un tiempo no muy lejano en el que el miedo escénico presidía el Santiago Bernabéu. Ir a Chamartín era sinónimo de sufrir 90 minutos y salir goleado era una opción ante el Real Madrid si no hacías el partido de tu vida (a lo que había que añadir también un poco de suerte). Un Domingo cualquiera en el feudo madridista solía acabar con victoria local pero como decía, hubo un tiempo, porque esta temporada jugar de visitante es un chollo y sino que se lo digan a equipos (sin menospreciarlos) como Levante, Betis, Fuenlabrada o Numancia que han sabido pescar en las aguas revueltas que bajan por el Bernabéu.

Para el Real Madrid esta primera vuelta de la Liga ha supuesto un giro de 180º donde ha pasado de intentar revalidad el título de Liga a tener que apretar los dientes para asegurar plaza Champions, con el miedo de tener que jugar la previa en Agosto o mucho peor, verse superado por equipos como Villarreal o Sevilla, lo que condenaría al 12 veces campeón europeo a tener que jugar la Europa League.

Para el Deportivo de la Coruña esta primera vuelta ha supuesto la confirmación de que la dinámica de los últimos años se ha convertido en una rutina. La etiqueta de SuperDepor queda muy lejos. No hace tanto, figuras mundiales como Mauro Silva, Bebeto, Fran o Valerón impartían lecciones y hasta Centenariazos. Pero como empecé diciendo al inicio de esta crónica, hubo un tiempo y por desgracia para el deportivismo, cualquier tiempo pasado fue mejor.

A las 16:15h, Fernández Borbalán daba el pitido inicial bajo un sol de justicia. En la grada el runrun de la afición se mascullaba entre dientes, como queriendo olvidar la desastrosa primera vuelta del equipo local, mientras en el bando contrario, la marea blanquiazul soñaba con sacar algún punto en forma de oxígeno ya que la inesperada victoria de Las Palmas frente al Valencia había apretado la zona baja.

Tras un primer cuarto de hora de dominio estéril madridista, el equipo coruñés comenzó a desperezarse con un tiro flojo en el minuto 15.

Falta de actitud o despistes puntuales, lo cierto es que un inocente saque de banda terminó en gol de Adrián tras empujar sobre la línea de una combinación entre Lucas y Andone. La defensa del Real Madrid volvía a saltar por los aires. Esta temporada cualquier rival entra como un cuchillo en la mantequilla y el runrun de la grada cada vez era mayor. Minuto 22 y de nuevo la pesadilla de verse debajo del marcador (0-1).

Mucho se ha hablado sobre la falta de gol del Real Madrid esta temporada: el debate solía girar en torno a si faltaba el gol o simplemente era cuestión de que la pelotita no quería entrar, pero visto lo visto, el problema es más futbolístico ya que se ha perdido la solidez defensiva, se ha esfumado la creatividad en la medular y arriba ni está ni parece esperarse a la BBC.

El público parecía tener un primer señalado y Marcelo escuchó tímidos pitos en la jugada posterior al gol. Pero una subida y un chut del brasileño que se fue por poco hizo que la grada le indultara y diera paso a unos minutos de asedio madridista donde Cristiano la tuvo en un cabezazo y Mayoral mostró un ímpetu no correspondido en forma de goles.

Pero este año, el Real Madrid son Nacho y 10 más. La historia madridista ha hecho que la cantera resurja en tiempos de crisis y el madrileño parece enarbolar esta consigna. Un córner botado en corto por Marcelo, un pase al pie de Kroos y la aparición del multiusos Nacho que con un fuerte disparo conseguía levantar a la grada y la moral del equipo, poniendo el empate en el marcador (1-1). Minuto 31. Quedaban 59 minutos por delante.

El Deportivo, que aún estaba organizado, quería robar y salir a la contra aprovechando la velocidad de Lucas y Adrián y la brega de Andone. Las imprecisiones en el centro del campo madridista iban a hacer que los coruñeses tuvieran sus oportunidades. Pero el Real Madrid se propuso irse al descanso con ventaja en el marcado. A falta de los tantos de Ronaldo, apareció Bale. En el minuto 41 hizo uno de sus goles marca de la casa. Un zurdazo cruzado que quitaba las telarañas de la portería de Rubén. Un golazo que suponía un alivio.

Tras la reanudación, el partido cambió con la lesión de Mosquera en el minuto 48. El faro coruñés tuvo que marcharse por unas molestias físicas y su equipo perdió la poca luz que tenía.

El primer cuarto de hora de la segunda mitad fue un monólogo madridista que confirmó la indolencia de Cristiano Ronaldo que parecía negado consigo mismo. También la tuvieron Modric, Mayoral o Casemiro, pero unas veces por centímetros y otras por paradas de mérito del meta Rubén, mantenían al Deportivo con vida.

Pero en el minuto 57 el partido quedaba visto para sentencia con un cabezazo cruzado de Bale a la salida de un córner que ponía tierra de por medio, un mundo para un Deportivo que coquetea con el descenso por deméritos propios.

Con el partido de cara, Zidane quería el perdón de la grada pero sus intenciones no fueron correspondidas. En el minuto 63 hizo que la BBC volviera a coincidir en el campo tras muchas semanas de ausencia, pero la salida al campo de Benzema por Mayoral fue recibida con una sonora pitada lo que demuestra que la grada le ha tomado la matrícula al 9 madridista.

Los pitos cambiaron por aplausos dos minutos después cuando un chut desde la frontal de Modric hacía que el 4-1 subiera al marcador. Por delante 25 minutos para convertir el partido en un paso por el diván del Real Madrid y recuperar sensaciones y la moral de cara al trascendental cruce de Octavos de Final en Champions frente a un PSG que da miedo.

Pero la terapia psicológica parecía no funcionar para un Cristiano Ronaldo indolente que falló varias pero sobre todo una clarísima: control con el pecho para quedarse solo en el punto de penalti y con todo a favor echarla fuera.

Mientras tanto, Nacho volvía a ganarse el respeto y la admiración de su grada al corregir un fallo de Keylor Navas y sacar bajo palos una clara doble ocasión de Andone.

Los últimos minutos iban a confirmar que efectivamente el partido de hoy iba a suponer una terapia psicológica para el conjunto blanco. Recuperado Bale ahora era el turno de rescatar a Cristiano. Por fin en el minuto 78 conseguía rematar a bocajarro y estrenar su casillero (5-1). Y cuatro minutos después, el crack portugués se jugó la cara para endosar un set (6-1) con un cabezazo tras el cual recibió una patada que le hizo abandonar el campo sangrando pero con algunas de sus cicatrices sanadas. Y es que el astro de Madeira no concibe la vida sin goles.

A esas alturas el Deportivo ya estaba en la lona sacando la bandera blanca pidiendo clemencia. Duro revés para un equipo que tendrá que jugarse la vida en su intento por no bajar a Segunda División.

Si alguien no entiende de concesiones son los canteranos del Real Madrid. Carvajal demostraba que es un pulmón y culminaba una cabalgada con un fuerte chut que salvaba Rubén. Pero si alguien juega cualquier fase de los partidos como si le fuera la vida en ello es Nacho, el héroe del madridismo que en el minuto 89 controlaba un balón dentro del área pequeña y con la frialdad de un delantero al uso se daba la vuelta y cruzaba el esférico para poner el definitivo 7-1.

Victoria balsámica para un equipo con dudas. Derrota muy dura para un Deportivo que tendrá que olvidar este marcador, juntar líneas y remar en la misma dirección sino quiere verse sorprendido por el descenso.

Al final del partido el equipo coruñés se iba a su fondo para aplaudir a sus aficionados. Mientras, en el Real Madrid los jugadores enfilaban el túnel de vestuarios y tan sólo Keylor, Nacho, Kroos y Casemiro se quedaron para devolver el aplauso. Quedan cosas por coser en este equipo, para el que la primera vuelta ha hecho que aparezcan heridas de pronóstico reservado.
..Juan Toral Sánchez / Twitter: @juatorsan