Vinícius, la esperanza blanca

Vinicius

Decía Eduardo Galeano “el fútbol es la única religión que no tiene ateos” y es que ir al estadio o seguir el partido desde el televisor o streamings, implica en sí mismo, un acto de fe. Fe de que tu equipo sudará la camiseta, fe de que tu equipo se entregará en el terreno y fe de que tras cada jugada, se esconde una imperiosa sed de victoria. Es cierto, cada hinchada es diferente y la del Real Madrid es particularmente exigente. La razón es sencilla: está acostumbrada a ganar. Lo que para un club es un logro excepcional, en el Real Madrid es obligatorio.

El bajo rendimiento de los últimos partidos había dejado una profunda angustia y tristeza en la afición, sensaciones que se hicieron evidentes en los miles de asientos vacíos en el estadio en los últimos partidos. Más que nunca el club blanco necesitaba ilusionarse y Vinícius fue capaz de levantar al Bernabéu en el encuentro ante el Leganés.

El marcador se abrió en el primer tiempo por un penal cobrado por Sergio Ramos ocasionado por una disputa en el área entre Odriozola y Gumbau. Si bien llegaron al descanso con una victoria parcial, el juego de los de Solari estaba siendo tan frío como la noche madrileña. Al iniciar el segundo tiempo Vinícius, con una vinculación especial con la grada cada vez que tocaba el balón, hizo una asistencia a Lucas Vázquez llevando el marcador a 2-0, y convirtiéndose con ese pase en el máximo asistente del equipo en lo que va de temporada junto a Bale y Benzema. Su gran momento de la noche, llegó al enganchar un pase de Odriozola y anotar el tercer tanto del equipo merengue.

El club que ostenta más títulos de todos, está usando como salvavidas a un chico que apenas alcanza la mayoría de edad. Solari sacó al brasileño de las penumbras en la que lo colocó Lopetegui; y es que ya era hora. Esta temporada se ha visto un Madrid que parece no encontrarse a sí mismo y que inclusive, en ocasiones aburre. Bale continuamente lesionado, Marcelo en su momento menos brillante, e Isco relegado al banquillo y cuestionado por su velocidad y peso. Ante este panorama y después de esta noche de Copa del Rey, no es descabellado pensar que Vinícius se ganó la titularidad.

De cualquier manera es indiscutible que al carioca hay que darle la oportunidad. Con sus 18 años ha demostrado que posee garra, rapidez, la capacidad de romper defensas y casi igualmente importante, la habilidad de ilusionar a una afición que estaba resignándose. Claramente todavía le queda mucho por recorrer, pero en este momento, Vinícius dejó de ser parte del futuro del club merengue y se convirtió en pieza clave del presente.
..Mariana Guzmán / @MarianitaGuzman