¡El Espanyol vuelve a Europa!

Espanyol

Llegar a estas instancias con ilusión era algo que la afición agradecía.

Los jugadores fueron recibidos en el autocar con bengalas y humo que vaticinaba que sería una tarde especial en el RCDE Stadium. ¡Tenía que serlo!

La buena racha del Espanyol permitía soñar. Eso sí, no solo debían ganar, si no ligarle al Sevilla. Ironías del fútbol y de la vida. Casualmente se celebraba el duodécimo aniversario de la final de la Copa de la UEFA que el Espanyol perdió contra el Sevilla en penaltis.

La afición tenía los ojos sobre el terreno en Cornellá y los oídos en la transmisión del encuentro Sevilla - Athletic. Se vivían dos realidades condicionadas por un resultado a más de 600 kilometros.

Primer tiempo y aunque habían muchas ganas, no hubo goles. Se fueron a medio tiempo con un gol anulado al conjunto local por el VAR y con la noticia de que el Sevilla se había ido arriba en el marcador.

En el minuto 58', Roberto Rosales convirtió el primer gol del partido y se coreaba el nombre del venezolano que daba la ventaja al equipo local. ¡Mágico!

Luego Wu Lei hizo lo mismo en el 65’ y sumó otro tanto al marcador. El delantero chino recibió una impresionante ovación, la más fuerte y sentida en su corta historia en el club.

La hinchada se puso de pie. ¡Europa cada vez está más cerca!

Pero así como se fueron arriba, la afición sufrió cuando cantaron penalti a favor del Athletic. Momentos de tensión máxima hasta que el VAR (bendito, VAR), lo anuló. Estalló la locura y sonó el pitazo final! ¡El Espanyol vuelve a Europa después de 12 años!

Aplausos, gritos, los jugadores se abrazaban y comenzaban a colarse hinchas en el terreno. La policía intentaba detener a los aficionados pero sin éxito.

¡Completa invasión! Fiesta en el campo.

Los niños besan el césped. Sí, hay lágrimas. Bufanda en mano se cantaba a todo pulmón el himno del conjunto catalán. Hinchas con jugadores se mezclaron en el campo y se convirtieron en un solo sentir.

Rubi volaba por los aires, de manera literal.

Los aficionados que ansiaban desde hace doce años volver a competir a nivel continental gritaban: ¡Volem! ¡Volvemos!

Momentos así son lo mejor del fútbol. La euforia de estos episodios deberían ser una constante en la vida.

Y es que es verdad, volvieron y todo vuelve a empezar en cada partido. El fútbol como dice Valdano, es un recipiente gigantesco en el que cabe todo: emociones, ilusiones, cataclismos y Cornellá fue prueba de eso.

Valdano lo tiene muy claro. Aquí no hay principio ni final, el fútbol: es el juego infinito, inagotable.

Felicitaciones al conjunto catalán por su vuelta a la competición continental y por darle esta alegría a una mas que fiel, afición.
..Mariana Guzmán / @MarianitaGuzman